lunes, 28 de diciembre de 2009

De vuelta


Buenos Aires me recibe con un aire espeso, por la radio anuncian lluvias. A mí me parece que el cielo está muy lindo, peinado a la gomina con esas nubecitas onduladas como el pelo de Josephine Baker. Estamos todos: las bocinas, el 60 que, saco la cuenta, recorre 12.000 km por día; los jacarandás, las señoras con las bolsas de los mandados, las que limpian afanosamente sus veredas, el taxista que adivina que soy de Acuario porque le comento que quiero volver a mi casa, y entonces me dice que soy muy buscada como amiga, pero que con las parejas me cuesta más. Lo escucho porque es simpático y dice todos sus disparates sin un ápice de maldad, se siente Nostradamus, termina diciéndome que soy linda como su hija y que si quiere me pasa el teléfono de su primo. Paso. Y en mi casa están los felinos desconcertados por mi larga ausencia: maúllan, ronronean, reclaman y se duermen. Dichosos, a mí me espera una jornada laboral, respiro hondo en el 130, cierro los ojos y agradezco las magnolias que veré desde la ventana de la oficina cada vez que me cuelgue con cara de estar resolviendo un gran enigma gramatical.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Sos mucho más que lo que puedo pedir en cualquier Navidad.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Jingle bells, my ass

Todo aquello que detesto de las fiestas, sin chistar y sin soplar, comenzando ¡ya!:
los petardos, cañitas y demás porquerías pirotécnicas; las peladillas de maní; el pionono, su nombre papal y todo lo que lleva adentro; todas las comidas frías, bañadas en mayonesa, con el pretexto de comer "liviano" porque es verano, cuando en realidad se engulle en un volumen tan espeluznante que mejor hubiese sido comerse unos ravioles; los brindis, las fiestas laborales de fin de año, los mails en cadena llenos de lugares comunes; los saludos por facebook y mensajes de texto; las vidrieras con nieve; las promociones de los shoppings; las publicidades cancheras de cerveza (a esas las detesto todo el año); el desubicado que pretende que labures el 25, etc.
Lo que adoro de las fiestas: viajar 1400 km en tres días y pasar la navidad con mis tres queridos.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Subjetiva


Si hasta ayer leí el gesto de su mano como un ademán de concentración, hoy no tengo dudas, a esta chica también le duele una muela. ¡Oh, maldito molar que estrechas mi horizonte!

jueves, 3 de diciembre de 2009


Hoy la calle se ríe conmigo y no de mí.

martes, 1 de diciembre de 2009

Fin de año


Cuando alguien llama para apresurar los tiempos de publicación de un libro y esa persona no está familiarizada con el trabajo editorial, es muy difìcil hacerle entender la dedicación y el tiempo exacto que esta tarea demanda. En general, el "trabajo mental" levanta sospechas y más de uno te mira como queriendo decir "cansado está el que hombrea bolsas en el puerto". Seguro que sí. A mí no me duelen los músculos de la espalda, ni las piernas de caminar toda la ciudad repartiendo el correo, por ejemplo. Pero: un amigo me comentó via messenger que está "chinchudo"; cerré la ventanita de diálogo y mientras revisaba un documento empecé a imaginarlo sentado en su escritorio, el ceño fruncido, todo lleno de chinches. Chinches bicho y chinches de librería. Y me reí. En ese estado lisérgico se encuentra mi cerebro el 1ro de diciembre. De más está decir que es bastante complicado concentrarse cuando se está alucinando chinches. Por lo pronto, cierro el messenger.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Sobre la decadencia del piropo

Si bien vengo notando un deterioro lento pero sostenido de la lengua en general, es el piropo callejero el que sintetiza todas mis preocupaciones. Cada vez usamos menos palabras, balbuceamos frases llenas de muletillas, como primates parlantes. Y no me refiero a un uso rimbombante y recargado del español; si antes para elogiar algo decíamos: "¡qué buen perfume tenés puesto!, ¿cómo se llama?"; ahora es: "alto perfume". Alto, grosso, posta, tipo, como, han reemplazado frases completas y perfectamente construidas.
Lejos quedaron los me gusta el azul, me gusta el rojo, pero más me gustan tus bellos ojos; ya ni siquiera pesco algo de ese ingenio morboso del piropo atrevido que pone a las chicas coloradas de vergüenza o un conciso ¡a la pelotita!, no. Ayer fui testigo de la muerte del piropo. Caminaba delante mío una chica despampanante, a dos metros un señor que esperaba el colectivo se enderezó, sacó pecho y se preparó. Cuando la señorita pasó a su lado se inclinó y acercándose a su oído emitió una serie de ruiditos guturales indescriptibles, que después comprendí emulaban el sonido de la succión. Ni una sola palabra, hubiese preferido un "te chupo toda".

martes, 24 de noviembre de 2009

¡Ptss!, ¡hey!, vamos a estar tan cerca... al fin.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Para reflexionar

Todavía no decido si hacerse cargo del mal humor ajeno y tratar de remontarlo es una costumbre fundada en el más ridículo egocentrismo, como si fuésemos el disparador de cada ceño fruncido que nos rodea, o de sencilla y plana estupidez.


domingo, 22 de noviembre de 2009

Su majestad, la duda

Pocas cosas tan tortuosas como preguntarse ¿qué hubiera pasado si...

viernes, 20 de noviembre de 2009

De cómo quitarle encanto al verano



El verano según las publicaciones femeninas:

Llega el verano!!
Bikinis, trajes de baño y cremas reductoras.

Malísimo.

martes, 17 de noviembre de 2009

Que nadie me diga otra cosa

Así como creía en Papá Noel y el ratón Pérez, creo en el poder del "fin de año" y el comienzo de uno "nuevo". No indaguemos, solo creamos.

martes, 10 de noviembre de 2009

Ver para creer



Muy señor mío:

Deseando profundamente volver a conciliar el sueño, le ruego se le aparezca a otra persona, o tenga a bien hacerlo durante los fines de semana y fiestas de guardar. Salúdolo con mi mayor consideración, Doña Cristina Mercedes del Buen Pastor.

lunes, 9 de noviembre de 2009

viernes, 6 de noviembre de 2009

La conciencia negra y lustrosa como el plumaje de un tordo.

martes, 3 de noviembre de 2009

Desmembrado

Ante mi preocupación por el parate laboral en cierne, mi abuela acotó: "vos quedate tranquila que yo le rezo al brazo poderoso de nuestro señor Jesucristo". ¿Y ese? ¿Dónde quedó el más convencional San Cayetano?

Tenía que ser sueco!




Un poco de Nosferatu, otro de Steve McQueen, una gota de James Cagney, voilà!: mi vampiro preferido. Todo bien con Bill, pero los vampiros buenos no tienen tanta gracia.
True Blood es de Allan Ball, los que vieron Six Feet Under, me entienden. Los que no, ya mismo están empezando.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Difícil

Gesto



Me vi obligada a tomar el subte, cosa que nunca hago por una cuestión de súbita claustrofobia e hipersensibilidad a los aromas corporales. Hay que reconocer que el muy práctico viene al pelo para conectar puntos tan dispares como Chacarita y Montserrat, por ejemplo. En eso iba pensando, como tratando de convencerme de no desmayar antes de hacer combinación, cuando noté una chica con un bebé en un cochecito. Me dio un poco de pena el pobre infante sometido a las altas temperaturas y tanta cara de espanto. Como si mi mirada compasiva lo hubiese habilitado a protestar, lanzó un grito agudísimo y se largó a llorar como correspondía. La mamá, lejos de ponerse nerviosa, se inclinó un poco y puso su mano a girar delante de los ojos del bebé. Ese gesto simple, rítmico y circular bastó para que el niñito se calmara y sonriera. Mi punto es que en la vida adulta también existen esos gestos que funcionan como un lugar donde descansar y desconectar por un rato. Y pensé en el disco nuevo de Aristimuño, más Aristimuño que nunca. También él de ritmo sencillo y cero presuntuoso, con el mismo efecto de una mano danzarina.

jueves, 29 de octubre de 2009

Me das la erre?


Rapto, irrupción, arrebato. Había sido pasional la letrita.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Only at Malba

Inauguración Andy Warhol, Mr. America. Pareja ultra cool se saca una foto junto a una obra, como si la misma fuese una celebridad. Ella frunce el ceño y con tono solemne sentencia: "Warhol era como el Wally Diamante de los sesenta, ¿no?", "Sí -asiente el muchacho mientras se acomoda el sombrero Panamá-, tenés razón, Andy era otra figurona". Se alejan satisfechos, regodeándose en su propia lucidez.


Nota: la muestra está buenísima, la museografía, impecable, como siempre. El público, para otro guión curatorial.

martes, 27 de octubre de 2009

viernes, 23 de octubre de 2009

jueves, 22 de octubre de 2009

Cotidiano

¿Por qué será que cuando subís a un taxi y no decís nada el conductor te pregunta por dónde ir, y si subís y le sugerís un camino, se indigna cual señorona que ha recibido un piropo hot? Cuanto inconformismo, señores.

miércoles, 21 de octubre de 2009

"Beio"



A los ocho años mi tía me llevó de visita al Museo Nacional de Bellas Artes. Fue amor a primera vista. Recuerdo que también vino mi prima, y se quedó dormida en un banco. Lo de ella era otra cosa, terminó bailarina la muy sinvergüenza.
Le juré amor eterno al furioso Gauguin de la planta baja; le guiñé un ojo al pasar a cuanta francesita retratada me crucé, y me enamoré secretamente de Florencio Escardó, pintado por Carlos Morel.
A Florencio todavía lo visito. Me gusta volver al Bellas Artes, tan abarrotado, tan poco pretencioso, tan apto para todo público. El sábado pasado tuve un encuentro cercano con una pintura del Greco. La había visto antes, pero esta vez fue diferente. Sus colores me envolvieron como el perfume de un jazmín. Después de unos minutos, las figuras alargadas vibraban con el eco de una grabación: "por favor manténgase lejos de las obras", repetido hasta el hartazgo por un señor con voz nasal. Supongo que dependiendo del estado de ánimo una va rumbeando hacia una sala u otra. Visiten el museo, elijan su obra, háganse amigos.

lunes, 19 de octubre de 2009

Bronce y cielo

Dicen que detrás de todo gran hombre hay una gran mujer. Bueno, esta parece estar encima, me cae mejor.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Viva Freud


Me desperté a las ocho. Y este no es un dato menor. Hace meses que vengo abriendo los ojos a las tres de la mañana, a las cinco, a las siete y media otra vez. Hasta que agotada de tanto preocuparme en vez de dormir me levanto.
Mientras preparaba el mate, noté que los suecos que me compré en el barrio chino tienen en la planta unos pequeños bultitos que te masajean cuando caminás. Le convidé yogurt de durazno a Martínez y sonreí viendo cómo se le arruga la nariz rosada mientras sorbe el menjunje. Camino a mi cuarto, me atropelló el olor de unos jazmines que compré hace dos días. Fijé la vista en la azalea del patio y entrecerré los ojos hasta que las paredes se tiñeron de fucsia. Pasó así una mañana como cualquiera, aunque yo sé que no es así. Esta es la mañana en que sin darme cuenta volví a disfrutar.

martes, 29 de septiembre de 2009

Los puntos sobre las íes



En Córdoba no toman un remise, sino un rémis. Y este se dirige hacia la calle Duarte Quíros, cuando claramente el segundo apellido de ese señor fue "Quirós". La tilde se la pondrán donde va, pero el acento, donde se les canta. Y tomando como ejemplo a los cordobeces, hoy yo al acento lo pongo en aquellas cosas que sí me salieron bien. Y, para mi sorpresa, no son tan pocas como pensaba. Así que, futuro incierto, trabajos temporarios, estrés de la vida moderna, les hago "chiva". Hoy solo suenan timbres de bicicletas, xilofones, y el aire todo huele a flores de azahar.

Ilustra: bordado sobre tela, hecho por mi abuela Cory a la edad de diez años. Agradezco de corazón a mi madre por habermelo cedido.

martes, 22 de septiembre de 2009

Que los cantes feliz



Cosa fenomenal habían sido los cumpleaños de músicos. Cada uno va llegando con su instrumento. Lo apoyan tímidamente contra alguna pared. Se acurrucan en el piso (en las casas de músicos la gente siempre se sienta en el suelo) y esperan. Y una se da cuenta de que están esperando. Brindan con vino tinto, se pasan sus discos, comen un guiso, cuentan un chiste, y esperan. Al fin el dueño de casa pela su instrumento y lanza las primeras notas. No faltan entusiastas. Que no, por favor, tocá vos. Pero faltaba más, acompañame, dice el otro con su guitarra en mano. El cajón peruano que oficiaba de mesa ya fue debidamente despejado y tiene a uno sentado encima, loco de contento, listo para arrancar. Bandoneón, guitarras, percusión, bombo, tenedores, platos. El que no llevó nada se desespera y hace sonar sus manos contra el pecho, chasquea sus dedos, hace tintinear su copa de vino al compás. Todo hace música.
Como en toda reunión, la gente se divide. De un lado quedan ellos, los músicos. Del otro, nosotros, la audiencia (en su mayoría discapacitados musicales, puro aplausos y fervor). En el medio están esos que estudiaron dos meses de guitarra, uno de charango, tal vez. Saben todas las letras, aun aquellas que los músicos desconocen, enloquecen a los gritos cuando detectan un bache, tiran las palabras que faltan en un acto de generosa complicidad y siguen cantando, desaforados. Esos personajes son mis preferidos. Enamorados de la música, ajenos a cualquier limitación, felices, en fin.

martes, 15 de septiembre de 2009

Domingo en Tigre



En la Interisleña ida:
Creo que mañana vence la luz. Tengo que ver dónde metí la credencial de pago del monotributo. ¿Le contesté el mail al tipo este del libro? Ojalá salga lo de la revista. No fui a buscar el resultado de los análisis. Le debo a mi abuela el regalo de cumpleaños.

En la Interisleña vuelta:
Voy a conseguir un jazmín de esos. ¿Cómo se llamará ese pajarito verde? La semana que viene podemos volver. ¡Qué buenos mates! La próxima me meto al río aunque me congele. Agua, agua, agua... Qué rara es la gente que saca un peine en cualquier parte. Me caen bien los productos Querubín. Voy a arreglar mi juguera. Paso y me llevo un plantín de menta.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Pero qué barbaridad


Noté que en muchos pueblos la observación y análisis de la vida ajena es más popular que cualquier deporte. Siempre me intrigó porque nada me resulta más aburrido que saber si Fulanita se volvió a casar, si a Osvaldo lo engancharon saliendo por la ventana de la casa de su amante, si a Zully le cortaron tres dedos del pie izquierdo porque se descuidó con la diabetes. Ah, sí, porque el denominador común es el siguiente: sexo y salud. Son los dos tópicos más visitados. Lo cómico y terrible de esto es que nunca nacen de una inocente curiosidad, casi siempre están teñidos de morbo y maledicencia. Como si la desdicha del vecino los volviese más felices y los problemas de salud ajenos funcionaran como vitaminas que robustecen la propia. La historia recorre los almuerzos de cada casa como un teléfono descompuesto; cada familia, grupo de amigos, congregación de monjas, aporta un dato. La premisa es: nada remotamente amable ni constructivo. Aquel que esboce un intento de cambio de tema o defensa del sujeto atacado es directamente ignorado o censurado con un gesto enérgico. Los temas de discusión pueden continuar vigentes durante meses y hasta años. Así, presa de mi asombro y contra mi voluntad supe de las aventuras de la madre de Fulana y de los negocios fraudulentos del abuelo de Mengano. Para la próxima, una lista de actividades más provechosas para el espíritu que destrozar al vecino.

Señales inequívocas

Una sabe que la angustia anda desbordada cuando en un puesto de diarios mira de reojo los libros de Stamatea (o como se llame). Autoboicot, Emociones tóxicas, Gente tóxica, Curso para saber qué carajo se espera de la vida, todo suena tan tentador. Por lo menos por un rato. Sospecho que mi caso no es tan agudo como pensaba. No compré ninguno.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Sábado



Podría afirmarse que los cementerios son deprimentes. Permítanme disentir. El Cementerio de la Chacarita, en este caso, es un muy buen paseo para un sábado por la tarde. Es un parque inmenso y arbolado con muy buena luz alrededor de las seis de la tarde. Es como pasear por Plaza Francia, pero con la seguridad de no encontrarse jamás con bailarines de capoeira, ni artesanos tocando la flauta. Todo es silencio y mucha paz. Algo de la famosa “paz eterna”, supongo yo. Otro hallazgo son las inscripciones de las lápidas, mis preferidas: aquellas poco solemnes que juegan con chistes privados con el muerto en cuestión o las que casi le quitan importancia al trámite de morirse y lo asumen cual egipcio con frases del estilo “Silencio, el Nono duerme”. Le agregan encanto los vendedores de flores de la entrada, que ofrecen sus ramos con una cara de compunción tan ensayada como eficaz. El hit: el clavel (la única flor que no me gusta). La escultura funeraria merece un capítulo aparte.



lunes, 31 de agosto de 2009

Conversación con Verano

Así está muy bien, vaya a dar una vuelta en Mateo alrededor del zoológico y vuelva cuando corresponda, le parece? Deme un respiro y tiempo para planear algún viajecito, aunque más no sea. Que todavía no termina agosto, habrase visto.

domingo, 30 de agosto de 2009

Eso es lo que quiero

Quiero eso quiero eso QUIERO ESO quiero ESO QUIERO eso Quiero eso quiero eso quiero eso quiero eso QUIERO ESO QUIERO ESO quiero eso quiero eso quiero eso Quiero eso QUIERO ESO quiero ESO

Blond bimbo

Si ladeando la cabecita así pensás que voy a olvidar que masticaste tres auriculares, una revista de 1940, todas las plantas del patio; te afilaste las uñas en todas mis carteras y botas y apoyaste tu sucia patita sobre todas y cada una de mis tostadas mientras preparaba el mate, estás muy en lo cierto.

viernes, 28 de agosto de 2009

Detalle de sueño recurrente


Sueño a veces que vivo en una casita al costado de la ruta cerca de Gualeguay y hasta tengo un marido, un perro y un caballo que no sé montar. Y en esa vida, que no es la mía, reparto semillas en un pedacito de tierra y al día siguiente cosecho tomates, millones de hojas verdes; jazmines y violetas que pongo en un florero de cristal muy antiguo sobre una mesa rusticona que no es de algarrobo porque lo detesto tanto que ni me atrevo a soñar con él. A la tarde saco una silla a la galería y leo cuentos de Silvina Ocampo, cierro los ojos un segundo y los aprieto bien fuerte con la esperanza de ver por fin esa noche algún fantasma. Siempre creí que el campo era donde estaban todos los fantasmas, más vivos ellos que nosotros, todos apiñados en la ciudad. Sé amasar pan casero y cuando llueve hago buñuelos de manzana en vez de tortas fritas porque a mi marido le caen mal. Él se parece a un gaucho de estampita, medio curtido por el sol, tiene bigotes y todo el disfraz, pero escucha The Magnetic Fields, usa crema para las manos y relee Ana Karenina todas las noches. Un día se va y no vuelve, supongo yo que con una chica pechugona que pasa siempre en bicicleta y lo mira con estúpido embeleso. Es una suerte que marido imaginario me haya dejado a Tolstoi y la crema para las manos.

la foto que ilustra es de Esteban Pastorino,

La bikini se queda donde está

Tienen tantas ganas en esta ciudad de verano que ante los primeros calores saca ojotas, gafas gigantescas para el sol, musculosa y short, minifalda para las señoritas. Tranquilos, disfrutemos la transición. Y mientras tanto, recuerden, ese verano que tanto añoran ahora con sus canastos con mate y sus gaseosas recién compradas es el mismo que en dos meses estarán maldiciendo cuando la ropa se les adhiera al cuerpo, el que quedó del lado de la ventana en el colectivo –por alguna razón misteriosa– se niegue a abrirla, la brea derretida del asfalto se pegotee en su sus suelas, despierten a la madrugada con taquicardia porque se fue la luz, y con ella toda porción de aire respirable. Por eso, a aquellos fundamentalistas que ya andan de remera calada y pelo mojado y me miran con desdén por resistirme al frenesí estival les digo: Buenos Aires en verano no está tan buena.


jueves, 27 de agosto de 2009

Cisne encorvado sobre la pc

Siempre es mejor imaginarse así, que encogiéndose a razón de 1 cm cada 100 palabras tipeadas. 455.768 caracteres con espacio, por el momento.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Así, como Monica Vitti en L'Avventura (solo que menos diosa, menos italiana y lejos del Mediterráneo). Cansada, despeinada, medio perdida e hinchada las bolas. Porque el trabajo intelectual no solo agota el intelecto.

martes, 25 de agosto de 2009

Llamado a la solidaridad

Se solicita información sobre el paradero de las Manos mágicas. Hace seis días que tipeo de siete a doce de la noche. Mis últimas esperanzas reposan sobre ellas luego de notar incipientes señales de artrosis y leve inmovilidad en el dedo chiquito de la mano derecha.

martes, 18 de agosto de 2009

Natura me habla


Camino a La Paz pinchamos una goma y gracias a eso terminamos en una gomería atendida por doce hermanitos con ojos color aceituna. A mí me gustó esta yunta vegetal. El arbolito abrazado con frenesí a un cactus altivo. Las hojas revueltas transmitían una energía extraña, pero agradable. Como esas cosas con las que una se topa un día y que dan la sensación de ser señales, pistas para mirar de otra manera. Tal vez apoyarse en alguien no esté tan mal, dejarse trenzar para subir, buscando un poco más de luz.

Pssst! el que vaya a comentar que flasheo con cualquier cosa que se lo ahorre porque ya lo sé.

Perro entrerriano + lindo regalo

Si se ríen los animales es que saben que hay cosas que no entiendo.
También hay cosas que me ilusionan, entrar al cine mal y salir contento.
No me quedo quieto...
(Pol)

martes, 11 de agosto de 2009

Prestá atención




Recorriendo la ciudad en bicicleta descubrí que el factor más importante a la hora de provocar un accidente de tránsito no son los conductores sino los peatones. ¡Qué indignación! Para ellos los semáforos son una mera sugerencia. Aparecen con cara de "voy a comprar el diario" detrás de cualquier auto, a mitad de cuadra. Los odio.


Nota: no me incluyo en ese grupo porque desde que una moto me estampilló sobre el asfalto a los quince años respeto las normas de tránsito a un nivel casi de trastorno obsesivo.

jueves, 6 de agosto de 2009

Inspiración zancuda


En las piletas de Aguas Argentinas que está sobre Figueroa Alcorta vive una garza blanca. Podría mudarse a los lagos del parque que está cruzando la avenida. A ella no parece molestarla el ruido de los autos que a mí tanto me irritan, ni esos piletones tan fuleros, ni los caños, nada de eso. No sé si por ansias de soledad o de puro individualista hasta ahí se fue la garza. La busco con la mirada cuando paso en el colectivo y pienso en lo bien que hace, tomando sol con una pata levantada, totalmente ajena al caos a su alrededor.

lunes, 3 de agosto de 2009

Se me ocurre

que un límite posible para la selección de fotos que la gente decide subir a Facebook puede ser el parto. Digo, fotos del mismísimo momento en que el niño sale de tus entrañas, no, por favor, mil veces, no.

sábado, 1 de agosto de 2009

Summertime

Y detrás, esa hermosa hilera de eucaliptos que me daría sombra unos años después.

jueves, 30 de julio de 2009

Tres de la tarde en una oficina sobre Av. Santa Fe



Cuando viva en Estocolmo voy a poder usar medias can-can en verano, que es el colmo de lo chic.

Los muchachos

A la mesa del bar van tres amigos
todos los días para ver
extinguirse la mañana.

Hablan de que el río poco agua este año.
Y a ellos qué, pero discuten
como si poseyeran grandes cultivos.

¿Y la política?
¡Ah de los ladrones! Dice alguno
y a otro le viene a la memoria
el robo lejano de su bicicleta.
La plata ya no alcanza para nada se quejan
y arremeten contra la juventud
a la que consideran hoy pervertida.

Pagan de a cada uno el habido
consumo individual y se alejan después con
me duele un pie, esto es artritis, gastritis
me produce el café.

Y el mozo del bar con mirada aburrida
los ve irse a mansalva con cara de inocentes
cuando es público y notorio que están confabulados
y otra vez han asesinado a la mañana.

de Viaje a ir (1996)

miércoles, 29 de julio de 2009

Elogio del amigo varón







Toda mi educación transcurrió en colegios de monjas. Lo más cercano a un varón era el kiosquero de enfrente que nos revoleaba bolsas de golosinas por la ventana que luego abonábamos a la hora de la salida. Tampoco tengo hermanos varones y mis primos vivían demasiado lejos. En síntesis, mis relaciones con el sexo opuesto siempre estuvieron teñidas de cierta torpeza, fruto de la falta de práctica, supongo yo. Las cosas no mejoraron durante la adolescencia, siempre el fui el colmo de lo “nena”. Jamás me involucré en partidos de voley en la playa, ni picaditos improvisados durante las vacaciones, ni carreras, ni partidos de truco, todas actividades destinadas principalmente a facilitar el roce. En conclusión: una especie de lisiadita social, siempre abrazada a un libro. Pero todo eso cambió cuando terminé el secundario. Viviendo en Buenos Aires me acerqué a aquellos amigos de la infancia con los que las hormonas y mi timidez habían dificultado la comunicación años atrás. Muchos de mis mejores recuerdos tienen que ver con los hermanitos Wolter, dupla entrerriana que me incorporó a sus actividades durante más de 4 años. No era nada del otro mundo, cine, paseos, guitarreadas, guisos, empanadas, mates en el balcón, mucho fernet y cerveza, etc. Lo que más me conmueve de estos dos es el trato casi de igual a igual. No esperaban que preparara el mate o la comida por ser mujer (además no sabía cocinar ni un huevo) y tampoco se guardaban ningún cuento porque yo estuviera presente. Había una complicidad diferente a la que tengo con mis amigas mujeres. Mi otro gran amigo es Nacho. A Nacho lo heredé de una relación fallida con el hermano. No recuerdo bien cómo nos hicimos amigos pero supongo que fue porque compartimos intereses artísticos, entre otras cosas, y tiene un sentido del humor a veces insufrible que encuentro encantador. Cualquiera de ellos tres está si lo necesito. Ninguno se ofende si me olvido del cumpleaños, si no le elogio el corte de pelo o si no lo llamo para el maldito día del amigo.
En las fotos: mi mamá y su amigo Tuno.