Papel glacé metalizado, un jugo de pomelo y menta, caminar sobre hojas secas, levantarlas a montones y tirarlas al aire; pellizcarle el morro frío a mi gato, ruido a río, guirnaldas de colores, un pájaro negro con reflejos azulados; un ramo de jazmines, los cachetes de Kang-ho Song, "Lullaby of Birdland" cantada por Ella, un chiste de mi hermana, diez vaquitas de San Antonio... pienso en todo eso, respiro... y nada, che. Sigo igual de enojada, y lo duplico por ser la décima vez que me enojo por el mismo motivo.
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2 comentarios:
pero bien vale enojarse si después sigue todo ese ritual
jaja,el famoso círculo vicioso.
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