domingo, 29 de agosto de 2010

Dos pesos, monedas y un chicle masticado

Nunca dejan de sorprenderme los berretines personales y cómo afloran para dar tranquilidad en los momentos menos pensados. Una de mis pasiones es la lengua y paso horas analizando, desmembrando discursos, pensando en qué palabras eligen las personas para expresarse, en cómo construye el lenguaje una nena de tres años, etc. Me maravillan los mocos que se mandan los aficionados que subtitulan series en internet. En fin, anoche nos asaltaron en la puerta de mi casa. No fue una linda experiencia, pero por lo menos fue fugaz. Estaban todos los elementos, dos maleantes, un arma resplandeciente, la oscuridad de Chacarita a la madrugada, el amague de tormenta de Santa Rosa para agregarle un poco de picante a la escena. El asaltante más nervioso era un petiso tembloroso que lamentablemente también era el que portaba el chumbo. El otro era un grandote disfrazado de estrella de reggaeton, con expresión medio boba pero que nos cerraba el paso con toda su enormidad amenazante mientras el chiquito, cruza de Robert Carlyle con bull terrier, nos mostraba el revólver. Un miedo enorme me tensó todo el cuerpo y automáticamente abrí la cartera en busca del celular, pensando en que el sacadito ese en cualquier momento nos pegaba un tiro de puro nervioso. La calma llegó cuando este personaje, en medio del atraco que no duró ni dos minutos, lanzó la siguiente frase: "Tranquilitos, entreguen todos sus objetos de valor". Después agregó un "yo ya estoy jugado" en medio de un espasmo corporal que me volvió a paralizar. Pero hubo un instante en que pensé que una persona que se toma el trabajo de enunciar semejante oración no está tan sacada como para ponerse a los tiros sin más. Mis "objetos de valor" eran el celular y los últimos cien mangos, rosados y lustrosos, que me quedaban hasta cobrar. Una vez que entramos a casa, sanos y salvos, entendimos que un motorola baqueteado, cien pesos y otra cosita no tienen absolutamente ningún valor. Suerte que no pidieron las monedas porque conseguirlas es un quilombo.

miércoles, 18 de agosto de 2010

jueves, 12 de agosto de 2010

La Real Academia

loco2, ca.

(Quizá del ár. hisp. *láwqa, y este del ár. clás. lawqā', f. de alwaq, estúpido; cf. port. louco).

1. adj. Que ha perdido la razón. U. t. c. s.

2. adj. De poco juicio, disparatado e imprudente. U. t. c. s.

3. adj. Dicho de cualquier aparato o dispositivo: Que funciona descontroladamente. La brújula se ha vuelto loca

4. Dícese de la persona y/o institución que pretende que usted realice su trabajo ad honorem sin consultarlo, le manda el material para dicho trabajo con nueve meses de atraso y tiene el tupé y/o descaro de apurarlo.

martes, 10 de agosto de 2010

La reflexión inútil

El frío se va disipando, y con él la infinidad de mensajes en facebook diciendo: "qué lindo está para hacer la cucharita". Demos gracias a dios.

lunes, 9 de agosto de 2010

All about Eve

Ah, quién pudiera fumar como una chimenea y tomar gin como un marinero y seguir siendo tan Bette. Esos ojos, ¡esa voz! Sencillamente la amo.

lunes, 2 de agosto de 2010

Se agradece al arrozal

Blanco, grano largo, grano retacón; yamaní, basmati, integral, tailandés, al vapor, hervido, en soufflé, en budín, con verduritas, sin verduritas, eres todo para mí.


En el reino vegetal suculento y diferente garpan bien.