martes, 26 de octubre de 2010

Momento cúlmine del SPM

Una pista para saber que son hormonas fuera de sí las que ahora controlan mi cerebro es haber hecho una mueca de tristeza cuando leí en el diario que murió el pulpo Paul. Sobre todo si tengo en cuenta la cantidad de improperios que le dediqué durante todo el mundial (a las noticias sobre el pulpo oráculo y al mundial mismo).

lunes, 18 de octubre de 2010

Ilusa

Profesional de la salud joven y sonriente me atendió de maravillas. Preguntas de rigor y preguntas de las otras. Tal vez peque de optimista pero no esperaba que una mujer de mi edad me tratara como una bomba de tiempo o, peor, como un yogurt en supermercado chino echándose a perder en la oscuridad de una heladera apagada, lejos de confort de la maternidad.

miércoles, 13 de octubre de 2010

martes, 12 de octubre de 2010

Shock!


Es muy de mina dejar que el shock producido por la súbita exposición de nuestras partes más blancas (y/0 blandas) opaque las bondades de los primeros calores, ¿no?

martes, 5 de octubre de 2010

Se viene la mosquitada



El insecto ofrece algo que no parece pertenecer a las costumbres, a la moral y a la psicología de nuestro globo. Se diría que viene de otro planeta, más monstruoso, más enérgico, más insensato, más atroz, más infernal que el nuestro. Parece haber nacido en algún cometa salido de su órbita y muerto loco en el espacio.

Maurice Maeterlinck, La inteligencia de las flores, Buenos Aires, Hyspamérica, 1985, p. 89.

sábado, 2 de octubre de 2010

Trapitos al sol


Por las mañanas trabajo en un lugar que queda sobre la Avenida Santa Fe y a las dos de la tarde salgo corriendo hacia mi segundo trabajo en un museo que está a dieciséis cuadras de distancia. Dieciséis cuadras de vidrieras que en algún momento resultaban tentadoras y me llevaron a armar grandes desórdenes en mis finanzas. Esta temporada confirmé algo que vengo observando hace un tiempo: todos los negocios tienen la misma ropa. Las vidrieras se extienden desde Callao hasta Laprida como una uniforme serpertina de vestiditos floreados, calzas y polleras tiro alto. Es por eso que cada vez encuentro más encantadora una tiendita pasada de moda que intuyo habrá tenido sus días de gloria pero quedó presa de sus artimañas ochentosas para captar al público.
La enorme vidriera en L está decorada con capelinas, botellas de perfume vacías (¡y qué perfumes! Lou Lou, Anais Anais, Amarige, Chanel n. 5) y el detalle que más me toca el alma es que cada prenda tiene un cartelito escrito a mano con caligrafía rimbombante el nombre de la tela con que está hecha. Poplin, Rayón, Seda natural, Batista, Georgette. Nunca, jamás un Modal. Algún día voy a entrar a probarme uno de sus camisolines infames solo para que la vendedora se sacuda el polvo y me diga que la blusa me queda pintada.

viernes, 1 de octubre de 2010

Lo lamento pero se impone una generalización

Los hombres no saben estar enfermos.

Publicistas con problemas

Por suerte a los niños no se les escapa nada y tienen una enorme capacidad para sacar sus propias conclusiones con las herramientas que tienen al alcance. Gracias a esto, saben que sus mamás son esas mujeres hermosas que se levantan bien temprano, desayunan con ellos y salen a veces más airosas que otras al trabajo. Por la tarde vuelven a sus casas, notablemente agotadas, pero de alguna manera se las ingenian para jugar con sus hijos, ver algunos amigos, charlar con sus parejas; las más audaces hasta se atreven a emprender alguna actividad como una clase de danza o un taller de origami . Quiero creer que los niños de hoy saben que una madre no es esa señora enajenada tirando lavandina en aerosol por toda la casa, corriendo desesperada a una góndola a comprar lácteos con probioóticos y defensas en frasquitos, empeñada dejar su casa toda blanca como la de Marilyn a fuerza de Cif. Lo que todavía no puedo entender es por qué los publicistas se resisten tanto a largar el estereotipo de madre-ama de casa-obsesionada con el brillo de un mueble. La campaña de Ayudín reza "más amor, menos enfermedades!". Mi reflexión es: ??????????????!!!!!!!!!!! ¿Qué camino recorrieron para llegar a esa conclusión? ¿Acaso tenían en mente a una enfermera? Apostaría cualquier cosa a que ni una enfermera corre a sus hijos con el aerosol bendito ese.