lunes, 29 de junio de 2009

Algo lindo para la tarde

Bordado de Takashi Iwasaki.

Oh, arrolladora emoción


Tengo mi premio!!! Recién bajé a reclamar el paquete que me dejó Marie la semana pasada en el trabajo. Este lugar tiene dos pisos y yo trabajo sola en el segundo. Digamos que la comunicación entre 1 y 2 no es muy fluida porque se basa en un teléfono que está demasiado al fondo como para ir a atenderlo. Además, después de las seis de la tarde no me animo a ir porque está lleno de fantasmas de artistas y críticos de arte, entre otros. Es un lugar común, (el mundo está lleno de perdedores) ¡pero nunca había ganado un concurso y mucho menos un sorteo!! Y no sólo es un block precioso, sino que vino envuelto en un sobre de papel madera con un sellito que casimemué de lo lindo. Y, como si todo eso fuera poco, en la primera página, manuscrito original de Marie que registra el comienzo de la obra en su casa con un consejo que nunca está de más: Pensar antes de actuar. Gracias, Marie, querida.
Me afané la foto de tu blog porque no me aguantaba hasta llegar a casa para fotografiarlo yo misma.

domingo, 28 de junio de 2009

Hoy el deber cívico me pesa como un dolor de muelas. Debería ir y votar por mí. Sería la primera vez.

jueves, 25 de junio de 2009

miércoles, 24 de junio de 2009

A lo alto y a lo ancho del jardín




Hasta el 17 de julio en Jardín Luminoso, en El Salvador y Acuña de Figueroa; Obras en papel. Es un espacio chiquito y blanco, muy de ahora, de esos que por suerte están proliferando. Mis preferidas, la obra de Cecilia Buldain, que combina mis dos amores, el papel y la luz; y las de mi talentoso amigo Nacho. En sus obras conviven su formación profesional como diseñador gráfico y un mundo único y personal creado a partir de la inclusión de los más diversos elementos, recopilados y atesorados por Ignacio desde sus años mozos hasta la actualidad. Elige el collage como técnica y de esta manera consigue transmitir algo de ese goce infantil y lúdico de sus primeras experiencias allá por la escuela primaria en Azul. En fin, algo para aprovechar en estas tardes-noches de invierno porteño.

Invernal



Si pudiera, pasaría el invierno de esta manera. Aunque salir a la calle con tres grados bajo cero tiene su encanto. El tranco apurado de las señoras envueltas en bufandas de colores, la temperatura exacta para justificar cualquier ingesta desmedida de chocolate (Dios no permita que me falten calorías cuando más las necesite), las veredas despejadas para caminar porque la mayoría de la gente se apelotona en subtes y colectivos. Y el ritmo en general es más vibrante, chicas que se frotan las manos, un énfasis agregado a cualquier abrazo, el paso doblemente apurado para llegar a casa. Todo se acelera para escaparle al frío. Ahora que lo pienso mejor, aproecho para disfrazarme de invierno, guantes, bufanda, gorro de lana incluido y salgo a andar en bici.

lunes, 22 de junio de 2009

Guiando la hiedra

Hoy Hebe Uhart me hace muy feliz. Gracias, Hebe.

Un consejo, de onda

Hoy, mientras me estiraba como un gato al sol en terminando mi sesión de pilates, llegó alguien para tomar la clase siguiente. Como estaba hecha un ovillo, plegada como una tabla de planchar, no pude ver quién era, pero escuché su voz. Y tuve un sobresalto, me alegré: ¡pilates inclusivo! ¡pilates no discrimina! Tan segura estaba de que esa voz pertenecía a un hermoso travesti. Hasta que, francamente desilusionada, comprobé que se trataba de una regia señora en sus cincuentas. Espléndida ella, pero con la piel de cartón corrugado y la voz de un jugador de Huracán. Cuando me iba la escuché comentar que estaba muy contenta porque, finalmente, no tenía cancer de pulmón, y que un soplo, una mancha en el pulmón y no sé qué más lo tenía cualquiera. Chicas, no fumen. Chicos, tampoco; se puede cantar tango sin bajarse dos atados de Parisiennes.

domingo, 21 de junio de 2009

Julio G.

Siempre quise tener su nariz. La mía se le acerca, pero la suya tiene algo especial, es una nariz distinguida. También quise sus ojos, rasgados, de un cálido color almendra, no, mejor, avellana. Me gustaría un poco de su perseverancia, su risa contagiosa; su fiel y constante relación con el deporte; las ganas imparables, sobrehumanas, de aprender cosas nuevas; su corazón generoso. También tiene una voz hermosa, tranquila y vibrante al mismo tiempo. Siempre pensé que los “días de” eran mamarrachos marketineros para vender máquinas de afeitar y Old Spice; pero me gustaría aprovechar éste para hacer público mi amor por este señor. Feliz día, Julio.

Mi frase preferida del fin de semana



Seamos exteriores.


Elia a Eduardo en Santificarás las fiestas, teatro El Kafka, viernes 22.30. Muy recomendable.

sábado, 20 de junio de 2009



Seré correcta, recatada, circunspecta y paciente. Aunque ahora que lo pienso, mejor no. Afortunadamente, siempre existen, al menos, dos versiones para todo. Sobre todo de una misma.


martes, 16 de junio de 2009

A propósito de esta tarde


Quiero ser tintineante como un xilofón y bailar en una terraza como una guirnalda de ropa tendida al sol.

lunes, 8 de junio de 2009

Al amigo que no está

Recuerdo nuestra cita obligada dos veces al año,

la alegría, el sobresalto

Eras tranquilidad, un tibio remanso

Hoy me haces falta, tanta falta

Y es por eso que hoy te canto,

mi querido aguinaldo

sábado, 6 de junio de 2009

Llamado a la solidaridad

Si algún día llegara a tener un hijo y ustedes notan que estoy hablando como Betina O'Conell en su programa de Utilísima, "Mi bebé", mátenme. ¿Qué hacía yo viendo Utilísima? Es para otro momento. Pero es una experiencia que les recomiendo.

jueves, 4 de junio de 2009

Dijo una amiga espléndida: Y, después de los treinta, cuando te quieras comer un Cachafaz, mejor vas a la heladera y te comés una banana... no, mejor media banana. De más está decir que no es lo mismo, ni se le parece.

martes, 2 de junio de 2009


Se dice que la guerra muestra lo peor de los seres humanos. En esta ciudad, esa tarea la cumple la falta de monedas. Hace relucir las miserias más grandes, las mentiras más absurdas en pos de negar al prójimo el tan añorado "cambio chico". Miradas agraviantes por parte del kioskero que nunca cree que no tengamos para pagar "justo"; manos temblorosas, tratando de sacar la billetera de manera tal que ningún sonido delate la presencia de tan deseado bien. Y ninguno de nosotros está exento. Casi llegando al lugar donde trabajo, me frenó una señora con gesto de angustia. Le temblaban las manos y blandía una carterita que tenía un tajo notorio y malicioso sobre ese cuero reluciente de las carteras de antes. Dijo que le habían robado la billetera en el colectivo y que necesitaba tomarse el 21 a Liniers. No me importó si era cierto, ningún viejo debería pedir plata en la calle. No dudé en ayudarla, ¡pero lo primero que pensé fue que me iba a quedar sin monedas para volver a mi casa! Saqué de mi bolsillo el montoncito tintineante y se lo dí con un dolor que no puedo describir. Recién ahora caigo en la cuenta de que sufrí más por la pérdida de las monedas que por la situación desesperante de esta señora. Y lo más mezquino de todo es que estoy casi segura de que accedí a su pedido sólo porque me llamó "Señorita" en tres ocasiones. Señores del Banco Central, quiero que sepan que esta jodita está convirtiendo seres humanos medianamente buenos en viles recolectores de metal.
Ilustra: grabado de la serie Los desastres de la guerra, de Francisco de Goya y Lucientes.

lunes, 1 de junio de 2009

En algún libro

Te encontrás con cosas como ésta. Frontis del libro Política del espíritu, de Paul Valery, editado por Losada en 1940 y parte de la colección La pajarita de papel. Precioso. Además en vivo tiene ese brillo dorado como de biblia antigua. ¡Dios tenga en su gloria a Gutenberg!