miércoles, 26 de octubre de 2011
Teoría del arte y de todo
¿Qué es el arte? ¿Para qué sirve? Hay tantas respuestas para esa pregunta como tweets de Hermes Binner durante su campaña. Anoche el arte para mí se definió en tres palabras Pina + Wim Wenders. Había salido de mi casa muy temprano rumbo a pilates, después, corriendo, siempre corriendo, hacia mi primer trabajo. Desde ahí corrí hasta trabajo número dos. Para la hora de proyección no quedaba en mí el más mínimo rastro de vida, era una representación inerte de mí misma. Me arrastré hasta el cine sólo porque mi amiga ya había sacado las entradas. Casi dos horas más tarde, salí sonriente y atravesé a saltitos las diez cuadras que separaban el cine de mi casa. Esta mañana desperté sin contracturas y con más ganas de bailar que nunca.
miércoles, 12 de octubre de 2011
Expresiones ajenas que me matan
jueves, 6 de octubre de 2011
Tonta pobre tonta quiere su minuto de fama
Se acerca la muestra de fin de año de ballet y aumentan gradualmente las ganas de bajarse del escenario por temor al ridículo. Es cierto que en vez de sílfides, graciosas criaturas del bosque, todavía parecemos bolsas de arena que alguien mueve de un lado hacia el otro. Tantas veces abandoné cosas convencida de que me superaban, de que no era capaz de estar a la altura de las circunstancias: materias, amores, hobbies, películas, etc. Incluso dejé la danza hace un par de años porque me dolía verme en el espejo, toda torpeza e incomodidad. He ahí la clave. Ayer decidí dejar de sentirme incómoda y, en cambio, empezar a sentirme trascendente. Está bien sentirme un poco tonta cada vez que intento ingresar uno de esos códigos siniestros que piden ciertas páginas de internet (me las pagarás, captcha) o cuando uso los deditos para sacar una cuenta aparentemente sencilla. Pero no voy a sentirme ni tonta, ni ridícula por animarme a subir a un escenario y bailar con mis compañeras al son de Chopin durante nueve minutos que parecerán horas. Es este mi firme propósito, aunque la vida se me vaya en un développé.