viernes, 18 de noviembre de 2011

Una amiga me contó que una torcacita hizo un nido en un hueco de su ventana. Siguió sus movimientos durante semanas; la vio juntar ramitas, llevar y traer yuyos durante horas y días hasta armar un nidito poco pretencioso en el último piso de un edificio de Balvanera. Yo quiero que un pájaro haga un nido en mi casa. Tal vez recién ahí pueda parar de correr como una loca moviendo muebles, colgando y descolgando cuadritos, armando cortinas con pañuelitos chinos.