viernes, 29 de mayo de 2009

el súper vestido

Se había golpeado la pierna cuando se trepaba a una silla. Estaba a punto de llorar. Graciosa, con su pelo de dibujito de Yoshitomo Nara. Una de las cosas que más me incomoda es el llanto de los niños ajenos. Siempre siento que tuve algo que ver, como si todos los niños del mundo se inquietaran en mi presencia, no sé bien por qué. Temo que sus padres me descubran y me desinviten de sus casas. Para evitarlo le dije que el vestido de Blancanieves que tenía puesto era mágico y que por eso no se había lastimado de verdad. Bueno, me dijo, y contenta siguió comiendo ravioles. Me dio un poco de pudor mentirle tan descaradamente, pero en el fondo yo también me lo creí.


jueves, 28 de mayo de 2009

Dame la V...

En esto pienso todas y cada una de las veces en que mi adorable instructora de pilates empieza una oración con Vértebra por vértebra para explicar algún movimiento. Son muchas. Aparentemente la palabra clave en pilates es vértebra, obvio.

Ed Harris no es Pollock


Puede gustarte o no el arte contemporáneo. Ahora bien, ¿es necesario que en un programa radial que escuchan miles de personas digas cosas como Todo bien con Jackson Pollock, pero el chabón tiraba pintura sobre una tela?. ¿Ah, sí? Y si es tan fácil, ¿por qué no lo hiciste vos?! De todas maneras, las estupideces más grandes sobre arte generalmente las dicen los críticos. Recuerdo una tarde en una galería del centro. Estaba recorriendo una muestra con una amiga y de reojo la veía sufrir. Me llamó la atención porque eran obras muy “disfrutables”. Nada oscuro ni tortuoso. Cuando le pregunté qué le pasaba, me contestó, presa de la angustia: Es que hace media hora que estamos acá y no se me ocurre nada inteligente que decir. Me conmovió su ingenuidad. En ese medio no siempre hace falta decir algo inteligente, tener buenos contactos, sí.

lunes, 25 de mayo de 2009

Mágica La Paz

Una sola ventana de este lugar basta para hacerme creer en fantasmas.

Mi frase favorita de hoy

¡Soy un refucilo!

Quiero tanto a Duville

A riesgo de repetirme, vuelvo con una imagen de Matías Duville. Es que esa casa inestable, flotando en el medio de la nada, c'est moi en este momento. Por suerte, siempre me deja una linterna a mano. Afortunadamente, no todo fue autoflagelación; aproveché el fin de semana largo para leer dos libros divinos: Yo era una niña de siete años y La luz argentina, ambos de César Aira. Muy diferentes entre sí, los dos imperdibles.

jueves, 21 de mayo de 2009

Vergüenza ajena II

Tal vez sea yo, que ahora que soy señora me estoy poniendo intolerante. Pero, sinceramente, chica vedette, ¿no es suficiente con apoyar tu trasero brilloso y tirante sobre la cámara del fotógrafo? ¿No te molesta ni un poquito que el título de la nota sea "¿Traga o escupe?"? No sé, es probable que yo no entienda nada sobre carreras "exitosas" en los medios. Pero sigo añorando un mundo sin estas revistas y una televisión en la que ciertos programas no tengan raiting. Zonza.

lunes, 18 de mayo de 2009

Llamado a la solidaridad

Estimado/a empleado/a de comercio, atención telefónica, farmacia, etc. Le ruego encarecidamente evite la palabra "señora" en su trato conmigo. Sé que me encuentro en una franja etarea indefinida y carezco de indicadores para una preciso encasillamiento (alianzas, niños, etc.), pero haga el esfuerzo y libérese, desalmidone sus modales, piense antes de sentenciarme con su educado adjetivo. Probablemente exista un manual en el que le indican el uso de tan antipático apelativo, pero tenga en cuenta que una señorita a la que llaman señora no compra tanto ni tan contenta.

viernes, 15 de mayo de 2009

En vísperas de su cumpleaños


Tiene nombre de hierba, va bien con manzanilla y un poquito de carqueja. Pocas cosas más lindas que verla reír, toda su cara abierta en una carcajada amplia y generosa. Es ella una invitación, esa puerta siempre abierta, una ventana entornada por si quisiera volver. Sueña que vuelvo y al mismo tiempo reza en canciones para seguir viéndome feliz y a lo lejos. Nos separan gustos musicales, no creemos ni votamos a la misma gente. Nos acerca cualquier mate con cascaritas de naranja. Toda cosa en sus manos se convierte en manjar; su casa es el reino de Nunca Jamás, el lugar donde todo parece posible, de donde vuelvo poderosa y querida.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Iluminada y eterna





Las fotos de Nacho Iasparra siempre me dan ganas de viajar. Y de andar toda iluminada por esas luces de otro lugar que tienen sus imágenes.

Quemo

vergüenza.
1. f. Turbación del ánimo, que suele encender el color del rostro, ocasionada por alguna falta cometida, o por alguna acción deshonrosa y humillante, propia o ajena.

De acuerdo con esta definición de la RAE, no sería necesario aclarar en qué caso la vergüenza es ajena y cuándo es propia. Pero hay situaciones desesperantes en que la expresión "vergüenza ajena" es una única capaz de describir esa incomodidad absoluta. Siempre me pareció una emoción interesante. Porque no termina de definirse, no es compasión, no es empatía, tampoco pudor, es una mezcla de todo. Y, en mi caso, el detalle más característico es la desesperación. He llegado a taparme los ojos y tomarme el estómago en gesto casi solidario con aquel que se ridiculiza públicamente. Me sucede con todos y cada uno de los capítulos de Extras. Me pasa con las tapas de la revista Gente y con los titulares de la Cosmopolitan. Y, como muchas de las vivencias más fuertes, me ocurre cuando viajo en taxi. No puedo evitar mirar por la ventanilla y apretar los dientes cada vez que escucho el cachondeo entre la operadora y los conductores. No sé si se trata de una estrategia para mantener alta la moral de los taximetreros o si existe una escuela para operadoras donde se las instruye para hablar en ese tono hot. Lo cierto es que siento deseos de tirarme del taxi cada vez que escucho frases insinuantes entrecortadas con el sonido de la estática.

lunes, 11 de mayo de 2009

viernes, 8 de mayo de 2009

Duda

¿A qué edad exactamente una es demasiado grande para extrañar a su madre? Digo, porque con 31 años no paso un día sin pensar en lo bien que me haría tenerla más cerca.

martes, 5 de mayo de 2009


"Moratoria del monotributo". Suena bien, linda cacofonía. Si quisiera, sonarían también a canción la cuenta de la obra social, el resumen de la tarjeta, todos los papelitos que deslizan por debajo de mi puerta y que mi gato, con la nariz fruncida, me lleva hasta la cama. Podría hacer una guirnalda con todas las cuentas, pintarla de colores y colgarla sobre mi cama junto a los animalitos de felpa del barrio chino. Lástima que no se pueda. Suerte que mañana tengo danza otra vez y no me importa nada. Nada más que la música, el espejo, la barra y yo.