miércoles, 1 de diciembre de 2010

Cuando el fin de año con todos sus informes de actividades y reportes finales se me viene encima como una noche cerrada y sin estrellas, apuro el paso hasta el próximo tilo que con su perfume de otro mundo me calma y me llena de recuerdos lindos de mi abuela y sus historias de amores que empezaron sobre la copa de un árbol.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hermoso! qué buen remedio!