martes, 2 de agosto de 2011

Vacaciones de invierno, no hay



El Mercurio del Botánico intentando un arabesque y Poseidón con brazos en segunda posición.


La semana pasada comentábamos con una amiga lo rápido que parecen pasar los años últimamente. El tiempo es una cosa muy diferente para una nena de siete años que para una de 33. Aparentemente, el mismo se escurriría a la velocidad de la luz entre que una sale de su casa, toma el subte, corre de un trabajo a otro, y se enrosca en todo tipo de actividades propias de la vida adulta. La cuestión es que de un momento a otro nos encontramos en agosto, ya se perfila el fin de año, algunos acelerados planean sus vacaciones, pero sobre todo, abundan los bostezos y las caras de pocos amigos en el transporte público. Qué lindo sería tomarse 15 días para tirarse a leer un libro a la orilla de algún río y volver con la cabeza fresca, ¿no? Bueno, eso no va a suceder. Para mí, el secreto para llegar vivo a fin de año y sobre todo, conservar amistades y afectos, es hacer algo que te haga feliz. Pero tiene que ser algo que te vuelva loca, que funcione como un estupefaciente natural, que por unas horas te aleje de cualquier problema que puedas tener. En mi caso, es la danza. Los días que tengo clase, amanezco con una sonrisa boba y hasta me he despertado haciendo algún paso en la cama. Al día siguiente, la misma sonrisa boba aparece cuando, subiendo una escalera, me tira un músculo que todavía está medio tieso por el esfuerzo del día anterior y recuerdo la música y ese paso que finalmente me salió. Las esculturas de las plazas me recuerdan alguna pose. Salto charcos como si estuviera en un escenario y no me importa si me miran raro. Tal vez lo tuyo sea tocar la guitarra, cantar a grito pelado una canción de los Guns and Roses, o salir a correr enfundada en esas telas mágicas que hacen cosas raras con la transpiración, o leer en voz alta para escuchar cómo suena ese libro que te gusta tanto. Lo que sea, con tal de no volverse un robot.

2 comentarios:

Marie dijo...

apoyo cada palabra de este post
quiero volver a correr, podes nacer de una vez, hijo mío? (no, mentira, faltan 3 meses, no hay apuro)

Personas en la sala dijo...

Ah, Marie, querida, lamento decirte que sé de buena fuente que por unos meses se te va a complicar salir a correr, bah, en realidad, salir a cualquier cosa, dormir, etc, jajja. No apures al gurisito! Siempre envidié a la gente que corre, se los ve tan felices.