martes, 10 de julio de 2012

Para vos, médico de guardia

Existe un prejuicio muy masculino alrededor del ciclo menstrual. Es como si algo les impidiera procesar cosas como un dolor de ovarios, el síndrome pre menstrual les resulta más inverosímil que los números del indec y a menudo nos acusan exagerar o directamente inventar. Esto es aceptable para un hombre promedio que nunca tuvo, por supuesto, que lidiar con la retención de líquido, ni con la sensación de tener una obra en construcción en la zona baja de la panza, o las ganas de llorar desconsoladamente porque perdiste una media o nació un koala nuevo en un zoológico de Japón. Lo que no puedo tolerar es que el mismo trato prejuicioso venga de un médico. Un señor que supuestamente se entrenó para tratar personas no puede decirte cosas como "¿cómo sabés lo que te duele es un ovario?" o "Lo que decís que tenés (sic) son síntomas de todas cosas diferentes" y puedo seguir. Al parecer, este pibe, vestido de médico canchero, con un ambo de arlequín, que chequeaba su blackberry mientras yo le hablaba, piensa que una es feliz yendo a una guardia un domingo de sol a las cuatro de la tarde, poniéndose en bolas frente a un desconocido y teniendo que pedir disculpas por atreverse a consultar por un "dolorcito". Decime, Doctor Copado, ¿vos pensás que una mujer viene a una guardia porque quiere que le presten atención y sentirse querida? No, si vengo hasta acá y paso medio domingo rodeada de niños moqueantes y madres malhumoradas es porque algo me preocupa, lo mínimo que podés hacer es mirarme cuando te hablo y eso, ocuparte.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Finalmente lo entendí. La clave está en animarse. Meterse en eso que te apasiona, aunque no se trate de tu territorio. Aunque no pegues una y te sientas constantemente minusválida. Mi maestra de danza tiene una frase muy genial (toda ella es genial): "Hasta que sale bien, sale mal". Y tiene tanta razón. Con ella a aprendí a insistir, aunque no me guste lo que veo en el proceso. Este año entendí que la felicidad está dentro de uno mismo. No hacía más que azotarme con eso de buscarla siempre afuera. Para mí el camino fue el ballet, ¿para vos cuál es?

viernes, 18 de noviembre de 2011

Una amiga me contó que una torcacita hizo un nido en un hueco de su ventana. Siguió sus movimientos durante semanas; la vio juntar ramitas, llevar y traer yuyos durante horas y días hasta armar un nidito poco pretencioso en el último piso de un edificio de Balvanera. Yo quiero que un pájaro haga un nido en mi casa. Tal vez recién ahí pueda parar de correr como una loca moviendo muebles, colgando y descolgando cuadritos, armando cortinas con pañuelitos chinos.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Teoría del arte y de todo


¿Qué es el arte? ¿Para qué sirve? Hay tantas respuestas para esa pregunta como tweets de Hermes Binner durante su campaña. Anoche el arte para mí se definió en tres palabras Pina + Wim Wenders. Había salido de mi casa muy temprano rumbo a pilates, después, corriendo, siempre corriendo, hacia mi primer trabajo. Desde ahí corrí hasta trabajo número dos. Para la hora de proyección no quedaba en mí el más mínimo rastro de vida, era una representación inerte de mí misma. Me arrastré hasta el cine sólo porque mi amiga ya había sacado las entradas. Casi dos horas más tarde, salí sonriente y atravesé a saltitos las diez cuadras que separaban el cine de mi casa. Esta mañana desperté sin contracturas y con más ganas de bailar que nunca.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Expresiones ajenas que me matan

El papá de Sofi cuando quiere decirle a alguien que lo nota peleador, beligerante, malhumorado, no usa ninguna de esas palabras, le dice: ¿Qué comiste? ¿patitas de tigre?

jueves, 6 de octubre de 2011

Tonta pobre tonta quiere su minuto de fama

Se acerca la muestra de fin de año de ballet y aumentan gradualmente las ganas de bajarse del escenario por temor al ridículo. Es cierto que en vez de sílfides, graciosas criaturas del bosque, todavía parecemos bolsas de arena que alguien mueve de un lado hacia el otro. Tantas veces abandoné cosas convencida de que me superaban, de que no era capaz de estar a la altura de las circunstancias: materias, amores, hobbies, películas, etc. Incluso dejé la danza hace un par de años porque me dolía verme en el espejo, toda torpeza e incomodidad. He ahí la clave. Ayer decidí dejar de sentirme incómoda y, en cambio, empezar a sentirme trascendente. Está bien sentirme un poco tonta cada vez que intento ingresar uno de esos códigos siniestros que piden ciertas páginas de internet (me las pagarás, captcha) o cuando uso los deditos para sacar una cuenta aparentemente sencilla. Pero no voy a sentirme ni tonta, ni ridícula por animarme a subir a un escenario y bailar con mis compañeras al son de Chopin durante nueve minutos que parecerán horas. Es este mi firme propósito, aunque la vida se me vaya en un développé.

martes, 4 de octubre de 2011

Alarmante

Acabo de mandarme un mail con el link de un sitio para ver películas y el subjetc reza: "link para ver películas, posible maratón joseph gordon levitt". Gracias a Dios volvió Magda*-

* Magda: prima/hermana/mejor amiga que tuvo el tupé de irse de viaje durante casi dos meses y con quien comparto la gran mayoría de salidas.