miércoles, 29 de octubre de 2008
Sonidero
En los días particularmente estresantes, sintonizo en el colectivo una fm de cumbia. ¿Qué puedo decir? Me distiende la movida tropical, consigo el tan ansiado “no pensar en nada”. Me enteré de que hay una cantante nueva que se llama Lupi y que la rompe, y que al cantante de Trinidad le está yendo muy bien como solista, sin perder su estilo "caliente". Información que pasa sin hacer demasiado escándalo y se va sin dejar huella. Las muchísimas horas de lectura en el trabajo, me dejan resto solamente para tararear una canción de Jambao, con la vista perdida en cualquier punto del parque. Pero ayer, cuando me acercaba a la parada, agitando una patita al compás y anticipando la tranquilidad de mi hogar, una canción me inquietó con esta frase: “Vení, vení, no te hagas la otra…” Chau, pavada metafísica la de este grupito. ¿Me estaré haciendo mucho la otra?
lunes, 27 de octubre de 2008
Lady Folk
Esta hermosa tucumana fue cantante, guitarrista, compositora, investigadora y quién sabe cuántas cosas más. Se encargó de difundir la música y la danza del norte de nuestro país. Viajó por Europa dando recitales y conferencias y hasta dio clases de música en la Sorbonne. Un hallazgo.
Llamado a la solidaridad
Se ruega comprender, o por lo menos intentar, que el trabajo del corrector no solo consiste en agregar o quitar una tilde o colocar una mayúscula. Y, en todo caso, es necesario saber por qué uno quita o pone una mayúscula. No todos lo saben, aunque piensen que sí. Por último, que devolvamos un texto con pocas correcciones, no significa que no hayamos trabajado, nuestra labor también es leerlo detenidamente y descubrir que necesita pocas modificaciones. No inventamos errores para justificar un sueldo. Muchas gracias.
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con el secundario completo no alcanza,
no
viernes, 24 de octubre de 2008
Miedo al chasco
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martes, 21 de octubre de 2008
Le chat
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lunes, 20 de octubre de 2008
miércoles, 15 de octubre de 2008
La sensualidad bien entendida
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Desde hace unos meses observo incrédula la escalada brutal de exhibicionismo berreta en las revistas “para hombres”. Me gustaría pensar que los hombres manejan algún nivel más sutil de sensualidad, que no todos y cada uno de ellos responde a la imagen de una rubia no identificada que apoya la enormidad de su trasero en tanga sobre la lente del fotógrafo. Pero me puedo estar equivocando. Yo prefiero toda la vida una imagen como ésta de la espalda de Louise Brooks.
viernes, 10 de octubre de 2008
Identikit de la Solapa
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jueves, 9 de octubre de 2008
lunes, 6 de octubre de 2008
Sorpresa
Es curiosa la sorpresa. Vivir situaciones con esa sensación de novedad. Hay algo de infantil en esa capacidad, algo de celebrar lo inesperado en vez de asustarse. Es ese momento de festejo posterior a la sorpresa el que me gusta. Recuerdo el alivio feliz que sentí cuando finalmente sorprendí a mi papá llevándose el pasto que, supuestamente, se comían los camellos todos los seis de enero. Me asombró ver a mi padre envuelto en semejante embuste y a la vez me tranquilizó saber que no había camellos, llegados quién sabe cómo desde Oriente, pastando en el jardín de mi casa. Algo parecido sentí la primera vez que me subí a un avión y comprobé que efectivamente –y gracias a algún principio físico que no pretendo entender– 200 toneladas flotaban en el aire cual torcaza. En ballet me llevé otra sorpresa al comprobar que, después de mucho entrenamiento, podés abrirte completamente de piernas y estirarte sobre el suelo sin que nada se rompa y conservando la motricidad. Lo que me molesta es la falsa sorpresa. Si usted es un señor que se dedica al transporte urbano de pasajeros, si pasa alrededor de 12 horas diarias recorriendo las calles porteñas, si usted es taxista, ¿por qué se asombra cada vez que el tránsito en Libertador está congestionado a las 9 y media de la mañana? ¿Por qué tengo que tolerar los hondos suspiros, los insultos lanzados al vacío, los golpecitos nerviosos sobre el volante, los ¡mirá cómo está esto!!!! De todas maneras, prefiero eso al asombro impostado de un No pensé que te podía caer mal.
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