miércoles, 15 de octubre de 2008

La sensualidad bien entendida


Desde hace unos meses observo incrédula la escalada brutal de exhibicionismo berreta en las revistas “para hombres”. Me gustaría pensar que los hombres manejan algún nivel más sutil de sensualidad, que no todos y cada uno de ellos responde a la imagen de una rubia no identificada que apoya la enormidad de su trasero en tanga sobre la lente del fotógrafo. Pero me puedo estar equivocando. Yo prefiero toda la vida una imagen como ésta de la espalda de Louise Brooks.

5 comentarios:

Marie dijo...

ah cande, ultimamente hay una en particular que me asalta varias veces en las 25 cuadras que camino al trabajo, donde se insinúa... cómo decirlo finamente? no es sólo un orto en ppp, es la propia zona genital, la empanada, la cachufla, la carnosidad envuelta en una bombacha verde fluo...
es demasiada intimidad para las 9 de la mañana

Libreta de flores dijo...

a mí también me gustaría creer eso de los hombres, sino estoy frita.

Diego dijo...

A mí mis amigos no me creen cuando les digo que si alguna de ésas me invitara a salir les respondería que no, gracias. Claro, está el argumento de que digo eso para agrandarme porque sé perfectamente que nunca va a pasar; pero es cierto, no podría soportar mucho tiempo estar al lado de alguien así, ni qué hablar de despertar las fibras más íntimas de mi deseo. No me imagino, por ejemplo, cómo sería un abrazo alrederdor de dos enormes bultos de silicona que no te dejarían sentir los latidos del corazón, o cómo dar un beso a una boca que te debés quedar pegado de tanto rouge y colágeno.
Pasa, en lo fundamental, por otro lado. Tanto en cuerpo, como en alma y mente.

Personas en la sala dijo...

marie, horror! es verdad, nada para la imaginación, encima siempre están enfudadas en las prendas más caches.
Libreta, re existen esos hombres, hay que tener fe, jiji.
Diego, me cuesta imaginarme a una de esas señoritas invitando a alguien a salir, pero te creo, ponéle.

midiariointimo dijo...

bonita esta foto