Camino a La Paz pinchamos una goma y gracias a eso terminamos en una gomería atendida por doce hermanitos con ojos color aceituna. A mí me gustó esta yunta vegetal. El arbolito abrazado con frenesí a un cactus altivo. Las hojas revueltas transmitían una energía extraña, pero agradable. Como esas cosas con las que una se topa un día y que dan la sensación de ser señales, pistas para mirar de otra manera. Tal vez apoyarse en alguien no esté tan mal, dejarse trenzar para subir, buscando un poco más de luz.Pssst! el que vaya a comentar que flasheo con cualquier cosa que se lo ahorre porque ya lo sé.
6 comentarios:
Cande Oxigenada,gracias por tu mail.Parece que te gusto el disco de Pol.La proxima me regalas uno vos,eh.
Besos y vasos.(no de gin)
que linda trenza
a mi me gusta, no me parece que flashees, al contrario. Es un buen ejemplo de eso que decis, apoyarse en alguien para hacernos mas fuerte, aunque ese alguien no sea igual a nosotros.
Me gusta el concepto!
Que lástima que no sacaste una foto de los pibes!!! Doce??
justo tenía que ser un cactus? con lo agresivos que son....
Asi no dan ganas de apoyarse.
Bien que te gustan las espinas, mercadito, jijii.
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