vergüenza.
1. f. Turbación del ánimo, que suele encender el color del rostro, ocasionada por alguna falta cometida, o por alguna acción deshonrosa y humillante, propia o ajena.
De acuerdo con esta definición de la RAE, no sería necesario aclarar en qué caso la vergüenza es ajena y cuándo es propia. Pero hay situaciones desesperantes en que la expresión "vergüenza ajena" es una única capaz de describir esa incomodidad absoluta. Siempre me pareció una emoción interesante. Porque no termina de definirse, no es compasión, no es empatía, tampoco pudor, es una mezcla de todo. Y, en mi caso, el detalle más característico es la desesperación. He llegado a taparme los ojos y tomarme el estómago en gesto casi solidario con aquel que se ridiculiza públicamente. Me sucede con todos y cada uno de los capítulos de
Extras. Me pasa con las tapas de la revista
Gente y con los titulares de la
Cosmopolitan. Y, como muchas de las vivencias más fuertes, me ocurre cuando viajo en taxi. No puedo evitar mirar por la ventanilla y apretar los dientes cada vez que escucho el cachondeo entre la operadora y los conductores. No sé si se trata de una estrategia para mantener alta la moral de los taximetreros o si existe una escuela para operadoras donde se las instruye para hablar en ese tono hot. Lo cierto es que siento deseos de tirarme del taxi cada vez que escucho frases insinuantes entrecortadas con el sonido de la estática.