viernes, 25 de junio de 2010

La felicidad de una cosa que lleva a la otra

Desgrabando una entrevista a María Teresa Andruetto para el fanzine de las chicas de Yo no fui descubrí a Daniel Moyano y me enamoré. Me enamoré de Andruetto y la calidez y simpleza con que dice las cosas más fundamentales, de las ganas de escribir de las chicas en un lugar donde yo me imagino sin ganas de nada, de los cuentos de Moyano que me dejaron literalmente con la boca abierta y generaron esa respuesta automática del cuerpo cada vez que descubro un libro que me conmueve: marco cuidadosamente la página que estoy leyendo, cierro el libro mientras lo alejo para mirarlo y apretarlo contra el pecho con una sonrisa medio boba, medio feliz, la expresión de haber descubierto el fuego, la rueda o un tesoro.