
Un caño cloacal se rompió de manera tal que toda la inmundicia de los vecinos fuera a parar al living de mi casa. Luego, me robaron el celular. También se suspendió un proyecto en el que iba a participar. Sí, es evidente que el gato de la suerte que compré en el barrio chino no estuvo haciendo su trabajo esta semana. Pero no me importa nada, mientras tenga a Ray. Es infalible. Nada me deprime si lo escucho.
Hit the road Jack...
2 comentarios:
andà a saber cuánto peor podría haber sido si no lo comprabas.
No lo quiero ni pensar.
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