viernes, 29 de mayo de 2009

el súper vestido

Se había golpeado la pierna cuando se trepaba a una silla. Estaba a punto de llorar. Graciosa, con su pelo de dibujito de Yoshitomo Nara. Una de las cosas que más me incomoda es el llanto de los niños ajenos. Siempre siento que tuve algo que ver, como si todos los niños del mundo se inquietaran en mi presencia, no sé bien por qué. Temo que sus padres me descubran y me desinviten de sus casas. Para evitarlo le dije que el vestido de Blancanieves que tenía puesto era mágico y que por eso no se había lastimado de verdad. Bueno, me dijo, y contenta siguió comiendo ravioles. Me dio un poco de pudor mentirle tan descaradamente, pero en el fondo yo también me lo creí.


10 comentarios:

Lulutrix dijo...

que lindo, les voy a contar a mis niños cuando se golpeen que hay alguien en la blogósfera que tiene un vestido mágico.

Lillí dijo...

Casi seguro te lo hizo madre. Es una modista de la ostia.

Isil dijo...

Es feo mentirle a los niños, pero bueno, uno aprende de lo que vivio.

Personas en la sala dijo...

Madame, no quiero ser responsable de una fractura expuesta, please.
Lillí, me vendrían bien algunas lecciones de madre, soy pésima cosiendo.
Isil, mentirle a los niños es decirles que vienen de un repollo, jugar un rato con un vestido de Blancanieves es otra cosa muy diferente.

Isil dijo...

Mentirles es mostrarles que no te bancas cierta realidad, cierta verdad.

No poder mostrarse frustrado, hundido, impotente o incapaz y mentir ante esas situaciones que nos angustian no los ayuda a superarse en un futuro.

Personas en la sala dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Personas en la sala dijo...

Estás sugiriendo que mis padres no fueron lo suficientemente valientes como para asumir que el ratón pérez, papá noel y los reyes magos no existen??? Creéme, la frustración se nota, aunque uno no quiera.

Isil dijo...

Exacto!

Se recontra nota, y si el adulto intenta una burda desmentida, lo que le transmite al crio es justamente esa manera de comportarse ante las adversidades propisimas de la vida.

pd: Aguante el raton miguelito.

Anónimo dijo...

Qué linda manera de consolar un llanto! Me encantó

Personas en la sala dijo...

Anónimo, a mí me pareció así.
Ayer la sobrina de C. me dijo que mi vestido era de princesa y que ella se iba a fabricar uno igual pero chiquito, me estaba mintiendo?? jajja